La indolencia de este gobierno hacia los temas sociales no es algo nuevo ni que sorprenda. Al fin y al cabo estamos hablando de un partido de derechas y por tanto en sus prioridades sabemos que lo social sencillamente no está ni se le espera. Porque no forma parte de su ideología, sencillamente.
Efectivamente han ganado las elecciones por mayoría absoluta y tienen todo el derecho del mundo a llevar a cabo su política que nada tiene que ver con priorizar a quienes más lo necesitan. Pero una de las cosas que más me sacan de quicio es que pretendan engañar al personal e intentar vender aquello que simplemente no está en su ADN, como partido conservador que es. No me parece lícito que presuman de algo en lo que no creen y con lo que no comulgan como bien se recoge en su ideología: su sensibilidad social no existe. Porque recuerdo que esta ideología parte de que cada cual tiene lo que se merece. Niegan que haya una obvia influencia de “de dónde vienes” a nivel familiar y de estatus socio económico para determinar “dónde estás”. Niegan lo que provoca la desigualdad, porque aún existe, por mucho que en estos sectores haya quien diga que no, y es la que explica por qué sigue estando, en %, mucho más lleno el Congreso, por ejemplo, de gente cuyas familias han tenido cierto nivel económico y cierto estatus social que los % con los que se distribuye entre la ciudadanía. Esa desigualdad explica también por qué las mujeres, por ejemplo, tardan el doble de tiempo que los varones en encontrar un empleo tras terminar estudios universitarios, cuando suelen terminar los mismos en menos tiempo y con mejores notas de media.
La semana pasada nos despachamos con que ahora las lesbianas y mujeres solteras no van a poder inseminarse por la Seguridad Social; sólo las parejas heterosexuales (y veremos a ver si de aquí a nada les exigen que estén casados… y por la iglesia). Pero el colmo es lo que ha aparecido en algún medio esta mañana. Que entiendo debiera de haber abierto las portadas de todos los periódicos y las tertulias de todas las radios. Que espero no se pase de puntillas como si de algo nimio se tratase: resulta que para que aparezcas en las estadísticas como mujer maltratada, tendrán que ingresarte en un hospital y mínimo 24 horas. No importa la lesión, ni su gravedad, ni si te va a dejar o no secuelas. Sólo se contabiliza si estás ingresada mínimo 24 horas.
Y es que desde que se puso encima de la mesa la necesidad de contabilizar de esta forma la violencia sobre las mujeres, si bien casi todo el mundo estaba de acuerdo en su importancia, incluido parte del actual gobierno, hasta ahora no ha habido posibilidad real de hacer tal recuento. Y cuando ya estamos preparados para hacerlo resulta que la vara de medir del gobierno actual es que “si saco esta estadística va a parecer que con el PP la violencia machista crece”. Así que “para que no sea así, ¿qué hacemos?”, se han debido de preguntar. “¡Eureka!, quitamos de en medio a la gran mayoría”. Hay que recordar que dar el paso de ir a que te asistan, cuando eres mujer maltratada es ya todo un reto y por tanto, muchas de las mujeres maltratadas no acuden al hospital. De las que sí lo hacen, según estudios, son muy pocas tan gravemente heridas como para ser hospitalizadas, y más estando en los tiempos de recortes en los que estamos, añado yo. De hecho el 87% de las mujeres heridas “sólo necesitó de una primera asistencia médica para su curación”. De forma que del restante 13%, que incluyen traumatismos, por ejemplo, y que tampoco suponen ingreso, sólo una parte finalmente terminan ingresadas y que supere las 24 horas, no sabemos exactamente el % , pero nimio. De nuevo se invisibiliza una de las mayores lacras sociales cuando este dato, el de las mujeres maltratadas atendidas en hospitales, podría ser un comienzo para saber cuántas víctimas reales hay en este país y por tanto para saber qué hacer y cómo prevenir. Recuerdo que en el primer trimestre de este año se han registrado más de 3.544 denuncias procedentes de partes de lesiones lo que supone cerca de 1.150 de media al mes. Y es sólo la punta del iceberg. Porque recuerdo también que el 80% de las mujeres que mueren a manos de sus parejas nunca habían denunciado.
De nuevo en época de crisis, somos las mujeres las que pagamos doble. Toda esta situación está intentando validar el progresivo desmantelamiento del Estado del Bienestar, y con ella los peldaños hacia la igualdad conseguidos. Por eso el PP está como pez en el agua: está logrando socavar lo que hemos logrado en una lucha de siglos, volviendo a imponer una brecha social de la que será imposible salir, anulando e impidiendo de facto la igualdad real, volviendo a formar castas e intentando a su vez vender que están con los más débiles cuando, como mucho, lo que ponen en marcha son medidas asistencialistas que para nada tiene como objetivo real la reversión de esta situación. Vuelvo a decir que han sido votados para poner en marcha sus ideas. Pero hagan el favor de quitarse la máscara y no intentar engañar a nadie.
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