jueves, 31 de enero de 2013

Fusión de municipios, o de la verdadera democracia


En estos últimos días estamos asistiendo a un debate que hemos reabierto desde UPyD. Un debate absolutamente necesario desde nuestro punto de vista, para concienciar a la ciudadanía de su necesidad y para que a consecuencia del mismo nos remanguemos y nos pongamos a ello desde una lógica que parta del análisis de cada lugar, de sus circunstancias, de su idiosincrasia, y no que llegue el momento en que “la troika” nos dé dos meses para hacerlo sí o sí, y que resulte que ante esta imperiosa necesidad terminemos fusionando los municipios españoles a escuadra y cartabón, desde Madrid o desde Bruselas, tal y como pasó con África.
Recordemos que ya ha sucedido en Portugal y en Grecia: han fusionado municipios por mandato de la UE. Sin embargo la mayoría de los países europeos lo han venido haciendo de forma voluntaria durante el siglo XX. Grecia con algo menos de la cuarta parte de la población española, tenía una octava parte de pueblos con respecto a España. Es decir que para estar en las mismas cifras de municipios por habitante que estaba Grecia antes de la fusión tendríamos que eliminar la mitad de municipios. Y aún así, teniendo la mitad de municipios proporcionalmente que España, lo han tenido que reducir mucho más y dejarlos en un tercio de los que tenían. Si se aplicase la misma lógica a España, desde la UE nos exigirían eliminar de los 8114 municipios (los más pequeños de toda la OCDE) nada menos que el 83%. Por tanto ¿no será mejor adelantarnos y hacerlo en condiciones?.
Al margen de que la UE nos lo vaya a imponer o no, nuestro partido viene exigiendo esta reforma desde hace años. Y es que no olvidemos que una administración local tiene sentido si tiene algo que administrar. Recordemos que, para entendernos, para vivir y convivir en sociedad hemos de delegar en ciertas personas para que hagan una serie de funciones que necesitamos y que nos facilitan la vida y que de otra forma no podríamos solucionar y necesitamos para eso calidad de vida a la que aspiramos. Necesitamos alguien que se ocupe de llevarse la basura de nuestra casa hasta un sitio determinado donde se gestiona; necesitamos que las aceras estén limpias, que las farolas tengan luz, que las calles estén asfaltadas, garantizarnos una mínima seguridad, que podamos tener agua y luz en casa… todo esto lo solucionamos destinando dinero de cada uno de nosotros a este fin, dándoselo a alguien/alguienes que se encarguen de todo ello. Es decir, un ayuntamiento es como una comunidad de vecinas y vecinos pero más grande, para que nos libre de tener que estar pendientes de todas estas gestiones. Pues bien, sólo tendrá lógica mantener esta estructura si realmente es capaz de hacer aquello para lo cual la hemos creado. Si resulta que finalmente somos tan pocas personas que el dinero no alcanza para poder gestionar lo básico para tener una mínima calidad de vida y tenemos entonces que depender de una diputación que se haga cargo, ¿qué sentido tiene mantener esa estructura?.
Hay quien pretende argumentar que esta propuesta de eliminar municipios cercena la democracia. ¿Es más democrático un país cuantos más municipios tenga por habitante?. Rotundamente falso. No olvidemos que la representación de la gente se elige en función del tanto por ciento de los votos obtenidos. Ciertamente la eliminación de municipios supone una eliminación de cargos públicos, es decir de gente elegida para gestionar lo público, pero ello no implica una disminución de la democracia. Partimos de que en España más de 1000 municipios tienen menos de 100 habitantes: en cualquier urbanización de bloques hay más gente que viviendo que en cualquiera de estos pueblos. ¿Tendría lógica que en una comunidad de vecinas y vecinos se eligiesen 4 concejales y un Alcaldesa/de?, ¿sería más democrática nuestra sociedad aunque de facto estas personas no puedan hacer nada de aquello que se supone debe de resolver un ayuntamiento y tengan por tanto que delegar a su vez en la diputación que es la única entidad que no es elegida directamente por la ciudadanía?, ¿no es más lógico que estas personas “busquen” a otras que vivan cerca y se unan para entre todas poder gestionar sus necesidades y no “estar” sin poder hacer realmente nada?. El tanto por ciento de representación que cada partido tendría sería el mismo por tanto la democracia no disminuye aunque obviamente tendríamos menos cargos públicos, porque sencillamente no es necesario tener más. La fórmula de el señor Rajoy sin embargo de reducir el 30% de las concejales y concejales con el mismo número de municipios elimina la posibilidad de que tengan representación los partidos pequeños y potencian el bipartidismo, porque al reducir el número de concejales de esta forma, para una misma población, teniendo en cuenta la Ley electoral, el tanto por ciento mínimo para poder tener un representante sube una barbaridad y por tanto elimina a los pequeños partidos y hace casi imposible que surjan nuevos partidos. Sin embargo la fusión de municipios, en concreto la que propone UPyD donde estimamos que se debe de tender a municipios de alrededor de 20.000 habitantes lo cual daría lugar a una administración local bastante fuerte, que podría dar un montón de servicios más allá de los mínimos (parques, bibliotecas, gestión cultural, instalaciones deportivas, transporte público, etc., y todo ello de forma sostenible), la diversidad de partidos estaría garantizada con entre 17 y 21 concejales según se tenga más o menos de 20.000 habitantes, porque el tanto por ciento de votos para sacar un representante seguiría siendo un 5% aproximadamente a su vez estaríamos hablando de reducir un 66% aproximadamente los concejales de toda España. Con la propuesta de Rajoy sólo se reduciría un 30% y elevaría a 7% o más la posibilidad de sacar representación lo cual potencia brutalmente el bipartidismo.
Además, es bien sabido que la mayoría de los concejales no cobran. En la mayoría de los casos ni siquiera los que están en el poder, ya que más del 60% de los municipios tienen menos de 1000 habitantes, aproximadamente la población que habita en 10 bloques de 6 plantas y cuatro pisos por cada una, y lógicamente no hay recursos apenas. En pueblos de unos 5000 habitantes (el 85% de los municipios españoles tienen menos de esa cifra) suelen cobrar los alcaldes y algunos concejales del equipo de gobierno; por supuesto ninguno de los que están en la oposición. Pero es que incluso en municipios de menos de 20.000 habitantes, que son el 95,12% del total, tampoco la oposición puede recibir un sueldo para hacer posible la democracia de verdad: su función en controlar y fiscalizar la acción de gobierno. ¿Cómo se puede hacer ello trabajando en otra cosa? Es decir, lejos de ser democrático este sistema genera sin razones lo mires por donde lo mires:
· Por un lado no es capaz de hacer aquello para lo que ha nacido: dar servicios básicos a la ciudadanía
· Supone de facto un no control al menos en el 95% de los municipios españoles del gobierno por parte de la oposición y por tanto esto supone un grave fallo en el sistema que debilita la fiscalización democrática, potenciando/ posibilitando la corrupción y el clientelismo

· Multiplica estructuras muy costosas que no dan servicios

· Potencia el nacimiento de estructuras superiores para dar salida a esas competencias inasumibles generando mancomunidades, consorcios, áreas metropolitanas, etc. además de las propias Diputaciones. Todas estas estructuras sería innecesarias con una fusión de municipios que garantizase un tamaño tal que fuesen autosuficientes


En resumen, se trata de hacer un sistema más racional, más eficiente y menos costoso, a la vez que más democrático y transparente. Es obvio por tanto el por qué los partidos al uso se aferran al sistema actual.
Municipios en España por número de habitantes:


Menos de 101

de 101 a 500

De 501 a 1.000

de 1.001 a 2.000

De 2.001 a 3.000

De 3.001 a 5.000

De 5.001 a 10.000

de 10.001 a 20.000

1.070

2.725

  1.060

    936

   500

    505

   561

    361


1 comentario:

Mayte Olalla Olmo dijo...

Por equivocación, no había publicado el artículo completo. Ahora sí lo está.