Fue una gran sorpresa no ya el comprobar el respaldo que con
sus votos me dio la población granadina sino además ser la única representante
de mi partido que salió elegida en una capital andaluza. Ello supuso una doble
carga de responsabilidad que afronté desde un primer momento con mucha ilusión
y respeto.
Llegué con la certeza de poder poner mi granito de arena en
la lógica política actual que desde nuestro punto de vista tiene poco de “lógica”
y de política con mayúsculas y mucho de sectarismo y partidismo. Es decir,
llegué con el convencimiento de poder hacer ver tanto a la ciudadanía como a
mis compañeras y compañeros ediles, que tenemos que recuperar el concepto real
de política como instrumento del ser humano para convivir de la mejor manera
posible y hacernos la vida más fácil y no como la forma de mantenerse unos
cuantos en el poder a costa de lo que haga falta y al margen de si ello supone
o no un beneficio para la ciudadanía. Llegué con la esperanza de ayudar a devolver
a la política su sentido genuino para que vuelva a ser percibido por la gente
no sólo como algo inherente y necesario a la propia existencia del ser humano
sino el único modo de convivir de la mejor manera posible, de solucionar nuestros
problemas de convivencia.
Artículo que me han publicado en Granada Hoy: El empeño en taparnos la boca. Resumen de un año de experiencia en el Ayuntamiento de Granada como Concejal de UPyD |
Porque creo que este es el problema de raíz que está detrás
de cualquier solución posible al convulso presente: si quienes tenemos la
responsabilidad de tripular este barco y llevarlo a buen puerto no partimos de
que hemos de hacerlo siguiendo el rumbo adecuado para los intereses de la
ciudadanía, que ese debe de ser nuestro principio primero y último ante cualquier
decisión que tomemos en el día a día, jamás podremos salir de esta crisis, que
antes que económica, es política por eso mismo: porque los mal llamados políticos
han olvidado que están aquí al servicio de y no para servirse de.
Me he encontrado con una casta, con una serie de personas
que, al margen de su supuesta ideología, se reconocen entre sí porque se han
dado unos a otros un estatus y una serie de supuestos derechos, que desde mi
punto de vista son privilegios nada justificables, y que ante todo y sobre todo
se protegen los unos a los otros. Me he encontrado con personas que viven en
una especie de mundo paralelo y que se creen en el derecho e incluso el deber
de vivir así. Y esto hace aún más difícil la casi quijotesca empresa de devolver
a la política su sentido genuino. Porque además, cuando te acercas a un grupo
humano que comparten una serie de características, si las pones en entre dicho,
no pueden evitar sentirse incómodos y entonces deciden intentar cerrarse en
banda y expulsarte, anularte, obviarte e incluso, a ser posible, aniquilarte.
Me he encontrado que la mezquindad, las mentiras y las
medias verdades se utilizan sin pudor y de la forma más ruin posible. Y todo
ello se asume como “parte del juego”. De hecho, ha llegado a tal grado todo
ello que entiendo que presumen que es parte del propio concepto de política que
comparten y que desde luego nada tiene que ver con velar por el bien común.
La verdad es que un panorama así es bastante desolador y más
cuando estás sola, a menos formalmente. Pero a su vez ello reafirma más que
nunca la necesidad de seguir en el empeño: cada vez soy más consciente de la
necesidad de nuevas voces y concepciones de lo que debiera regir en política. Y
el empeño de los partidos al uso en taparnos la boca, me hace estar cada vez más
segura del poder que tiene la sensatez y de que esta casta y esta forma de
pervertir la política tiene los días contados, porque por más que quieran
ignorarnos sencillamente, al igual que los absolutismos y las dictaduras, esto,
que no tiene nada que ver con la democracia, tiene forzosamente los días
contados.
El empeño de taparnos la boca - Granada Hoy 20-05-2012
El empeño de taparnos la boca - Granada Hoy 20-05-2012
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