Sobre "chiringuitos..."‏

El pasado sábado 11 de febrero participé en un acto político en el que hablé junto con nuestro Diputado Toni Cantó, nuestro candidato a la Presidencia de la Junta Martín de la Herran Sabick y nuestro candidato por Granada Fernando Marino, entre otras cosas, de qué opinamos sobre cómo se está haciendo política tanto a nivel local como a nivel autonómico y nacional. 

Manifestaciones en contra del decretazo

Los desmanes a los que nos tienen mal acostumbrados los partidos al uso, tanto el PP como el PSOE, nos han dejado tristes casos de corrupción en Valencias, Baleares, los ERE´s; o formas cuanto menos injustas de legislar para privilegiar a algunos como el famoso decretazo, también llamado el decreto del enchufismo, que pretende dar cabida en la administración pública por la puerta de atrás a miles de personas que trabajan a través de fundaciones y empresas públicas varias, paralelas a la administración pública actual y que en el caso de la Junta se llevan nada menos que el 70% del presupuesto. Este tipo de formas de hacer, estas administraciones paralelas que se saltan los controles de contratación de personal y los controles administrativos de gestión, es lo que desde UPyD hemos dado en llamar “chiringuitos”.

Pues bien, esto es lo que se puso encima de la mesa en dicho acto público. Al día siguiente algunos medios se hicieron eco de que, la que escribe, proponía para pactar con cualquier partido el acabar con los chiringuitos. Me llegó un comentario de una persona que se lo tomó al pié de la letra. En un primer momento entendí que hasta cierto punto puede ser normal que alguien que no esté muy al día de lo que venimos denunciando y de todo lo que está pasando con esa cantidad de administración paralela, lo entendiese de forma literal, a pesar de que pueda resultar bastante surrealista que el apoyo de un partido para gobernar nada menos que una comunidad autónoma (más grande, dicho sea de paso que Portugal), se basase en mantener o no los chiringuitos de la playa (en los que yo he trabajado entre otras cosas cuando era estudiante y que tanto disfruto ahora como clienta).

Dos días después de aparecer en prensa la noticia sobre el acto político en el que yo me expresaba diciendo que apoyaremos al partido que apueste por eliminar “los chiringuitos”, el PP salió diciendo en los medios que prometía seguridad jurídica a los mismos. No pude por menos que reírme. Pensé que estaban intentando confundir a la gente acerca de nuestro mensaje, forma bastante usual de lo que los partidos al uso entienden por hacer política, para que la ciudadanía de a pié pensase que poníamos en duda este tipo de establecimiento hostelero.

El pasado viernes en Málaga en otro acto político al que acudió Rosa Díez, ya tuvo que explicitar ella misma lo que queríamos decir con chiringuitos y reafirmó que íbamos a seguir utilizando el término porque es en lo que se han convertido muchas instituciones por este mal hacer de PPSOE. Me comentaba el compañero que se presenta por esta provincia a la Junta, tras dar dicho mitin, que le habían llegado empresarios de chiringuitos pidiendo explicaciones a este respecto a los que rápidamente aclaró el tema y que por eso mismo Rosa había aclarado de qué tipo de chiringuito hablamos...

Pero toda esta rocambolesca historia se torna preocupante cuando me doy cuenta a raíz de un artículo de opinión de un dirigente del PP en el IDEAL del pasado domingo, que no se trata de tergiversar y confundir “a propósito” a la gente, sino que ¡de verdad piensan que proponemos que se quiten los chiringuitos playeros!. Y para colmo habla este señor de que actuamos por oportunismo. Nos tacha poco menos que de dementes, no dándose cuenta de que aquí el único demente es el que realmente cree que un partido serio puede, incluso aunque estuviese en contra de los chiringuitos hosteleros, ponerlo como condición “sine qua non” para gobernar una autonomía.

A raíz de esto no puedo por menos que preguntarme qué tipo de personas nos dirigen, hasta qué punto ha llegado la selección negativa (según el concepto de Hermann Tertsch) en los partidos tradicionales como para que dirigentes de los mismos nos lleven a este “debate”. Resulta irrisorio por un lado, a la vez que pasmoso y preocupante por otro.

Así pues desde UPyD tendremos una nueva misión en nuestra propuesta de llevar a cabo una verdadera pedagogía democrática ahora no sólo dirigida a la ciudadanía en general sino a los mal llamados políticos en particular, producto de esta casta endogámica en la que se han convertido (digo yo que por eso también será que disminuye el coeficiente intelectual…): enseñarles que existen las metáforas, que las palabras tienen más de un significado y lo fundamental, que cuando se gobierna y se ponen premisas para dar apoyo a un posible gobierno, en la política de verdad, dichas premisas deben estar muy seriamente pensadas y planteadas, sobre cosas trascendentales para la vida futura de toda la sociedad, porque hemos de recordarles que los partidos que hacemos política de verdad, estamos aquí para ello, para hacer la vida más fácil a la gente, porque estamos a su servicio y no a la inversa. Es triste, pero está claro que tenemos que empezar desde primero de educación básica en democracia a tenor del suspenso general de los partidos al uso. Pues nada, otra razón más de peso por la cual UPyD vuelve a ser vital en nuestro país.