Me han hecho esta pregunta en OSOIGO:
¿Si tuvieras la oportunidad de realizar un sólo cambio que tuviese un gran impacto en la ciudadanía , cuál sería y cómo lo harías?
Y quería compartirla con vosotros en mi blog también.
Ojala fuera tan fácil
Los problemas complejos con múltiples causas no se pueden
arreglar con una varita mágica, con un solo “deseo”. Si fuera tan fácil, otro
gallo nos cantaría. Nos ha traído a esta situación de hastío e incredulidad,
una perversión continua y creciente de las instituciones y del sentido de la
política, hasta el punto que ésta ha pasado de ser la forma de encontrar soluciones para vivir y convivir de la mejor
manera posible (que es el verdadero sentido de que exista la política y por
tanto los políticos que son/somos quienes nos han de representar y velar por
nuestros intereses), a una especie de negocio para unos cuantos de los que
somos víctimas la ciudadanía de a pie. Los órganos de control para que esto no
suceda se han ido anestesiando, cuando no desarticulando directamente, pues los
perversos de la política, los que le han dado la vuelta a algo tan necesario,
los han ido poblando directamente para que las alarmas no saltasen en ningún
momento. Recuerdo que UPyD fue la primera que hizo lo único que se podía hacer como
una voz en la oposición: poner encima de la mesa que más allá de la crisis económica,
el problema era la crisis política e institucional, la corrupción generalizada.
No nos quisieron oír. A nadie le gusta tener al lado a Pepito Grillo, sobre
todo cuando sabes que ha dado en la tecla y que te está señalando a ti. Los
medios de comunicación, cómplices de todo este negocio porque han participado
de él y en cierto modo sobreviven gracias a él, también silenciaban nuestra voz
(y aún hoy, después de siete años y medio de vida, siguen haciéndolo en gran
medida). Siempre hemos señalado los problemas de base: necesidad de cambio en
la Ley electoral que refleje la pluralidad real y no dé más poder a unos que a
otros, en función de los territorios y no de la cantidad total de votos (poder
que ha acrecentado a su vez el peso de los separatistas que ha hecho que se le
den concesiones que ha acrecentado el nacionalismo y la antisolidaridad). Señalamos
la necesidad de un pacto de Estado por la Educación que además tendría que
seguir siendo competencia nacional al igual que sanidad y justicia. Porque no
es de recibo que tus derechos en un país dependan de dónde vivas. Señalamos la
necesidad de despolitización de la justicia, de los órganos de control, de las
Cajas… Y el tiempo, año a año nos ha dado la razón, aunque, incluso cuando se
habla del caso Bankia, no se suele nombrar a UPyD, que ha sido quien lo ha
denunciado, a pesar de los escollos que los propios fiscales nos han puesto,
quien ha hecho posible que salga todo y que se conozca la trama de las tarjetas
black, por ejemplo.
Es decir, desde UPyD hemos hecho desde el primer momento el
diagnóstico de lo que estaba sucediendo y hemos propuesto las soluciones
necesarias, que como digo no puede ser una sola.
Pero como no quiero obviar la pregunta y centrándome en
Granada, pues me presento a la Alcaldía
de mi ciudad, aunque igualmente no sea posible arreglar sus problemas “con un
solo deseo”, ya que somos de las capitales más endeudadas de España (la décima
por cantidad total, la quinta en función de la deuda por habitante), a la vez
que de las que más altas en paro (la tercera más alta de toda España), mientras
que somos de las tres ciudades más caras del país (por los impuestos locales y
sin embargo las otras dos ciudades que están “en el top” son de las que menos
paro tienen y las que tienen los sueldos más altos, todo lo contrario a lo que
ocurre en nuestra ciudad), creo que si
tuviese que elegir una sola medida que realmente tenga un gran impacto y
pudiera ser el principio de un gran cambio (y si estuviese en mi mano la
decisión, ya que tampoco es competencia de un solo Ayuntamiento para que se
hiciese real), sería la fusión de
Granada y su área metropolitana. Pasaríamos a ser alrededor de 500.000
habitantes que a día de hoy funcionan como un todo, pero con los inconvenientes
de una gestión no conjunta, que lleva aparejado, por ejemplo, a uno de los grandes problemas más allá del
paro y la deuda: la movilidad en la ciudad y en toda la periferia. Sería un
gran paso adelante en todos los sentidos. Sería una forma de aumentar la
eficacia y disminuir el coste. Más servicios para la ciudadanía y sin embargo
menos impuestos. Sería el principio de una ciudad más amable, vivible, social,
y medioambientalmente sostenible. Sería una revolución en positivo en todos los
sentidos.
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